Cuando un emprendedor crea una empresa sabe que tendrá que tomar muchas decisiones. Y si no lo sabe pronto lo descubre. De hecho, lo que más hacemos las personas al cabo del día es tomar decisiones. Qué comemos, cuándo comemos, cómo comemos y con quién comemos. Y cambiando el verbo comer por dormir, asistir a reuniones, realizar nuestro trabajo, hacer ejercicio, etc. Ya ves que indudablemente tenemos el control sobre muchas cosas que nos ocurren. Es por ello que los emprendedores suelen desarrollar múltiples cualidades para hacer una buena toma de decisiones. Muchas veces esas cualidades son adquiridas con la experiencia pero otras se obtienen con formación. Por eso no debemos olvidar el desarrollo personal de los socios y trabajadores que nos acompañan en nuestra aventura empresarial. Su conocimiento hará crecer nuestro negocio.
Empecemos por nuestro crecimiento personal
Antes de aconsejar a nadie que haga algo es conveniente experimentarlo por nosotros mismos. Es frecuente que la gente nos diga cómo debemos hacer las cosas cuando ellos jamás se han encontrado en la situación ni por asomo. Entonces es mejor centrarnos primero en nuestro desarrollo personal, en ponernos en disposición de aprender y mejorar. Cuando seamos un ejemplo podremos ser buenos consejeros para los demás. De hecho, seguramente serán los demás los que se interesen por nuestras estrategias de mejora.
¿Qué es el desarrollo personal?
El desarrollo personal es un concepto que engloba las áreas de capacitación, bienestar y realización personal. Estos 3 conceptos abarcan a su vez múltiples factores que nos hacen cumplir con cosas que un trabajador desea obtener de su empresa.
- Capacitación. Una formación constante nos permitirá mejorar el conocimiento día a día sin quedarnos obsoletos en un mundo laboral siempre cambiante. También obtener nuevas habilidades nos hará capaces de aportar mayor valor en el puesto de trabajo.
- Bienestar. La satisfacción de un empleado se transmite al resto de la plantilla creando un buen ambiente laboral. Por eso propiciar ese bienestar con reconocimiento (verbal y económico), escuchar propuestas, aplicar mejoras y reducir el estrés ayuda a toda la empresa.
- Realización personal. Conseguir que los trabajadores se sientan realizados minimizará la fuga de talento y mejorará la productividad. Preguntar por sus inquietudes, necesidades, horarios o planes de futuro son algunos factores de realización personal. Ayudar desde la organización con políticas propicias es fundamental puesto que pasamos casi un tercio del día trabajando, mucho tiempo de nuestra vida.
Cómo ayudar al desarrollo personal de los trabajadores
Evidentemente no todos los trabajadores necesitaran las mismas herramientas para su desarrollo personal. Cada puesto de trabajo y cada persona tendrán sus particularidades que querrán desenvolver mejor. Por eso hacer un plan personalizado según el empleo hará que podamos tomar decisiones más acertadas. Dicho esto, pasemos a detallar qué podemos hacer para mejorar en cada ámbito.
Dedicar recursos a la capacitación
Es fundamental en términos de capacitación que dediquemos un tiempo de la jornada laboral a formación. Cada empresa tiene sus técnicas para esto. Algunos envía a sus trabajadores una semana cada X meses a hacer formación. También hay empresas que dedican unas horas semanales concentradas en un día o repartidas en varios. Incluso algunas permiten libertad al trabajador para que dedique más o menos tiempo a ampliar conocimientos. Por ejemplo, para mejorar la educación podemos recurrir a cursos, conferencias, seminarios, libros o webs didácticas. Pero no debemos olvidar las aptitudes prácticas como expresión verbal, trabajo en equipo y capacidad de negociación.
La importancia de mejorar el bienestar
Para mejorar el bienestar de los trabajadores debe existir comunicación entre cada uno de ellos y la organización. Pero no solo se trata de exponer ideas, también hay que debatirlas y llegar a un consenso donde ambas partes puedan quedar contentas. Como la visión del empresario suele ser diferente a la del trabajador ocurre que esas negociaciones no acaban de satisfacer. Ser flexible y empático puede ayudar a ambas partes a llegar a acuerdos fructíferos. Formarles en técnicas de relajación, meditación, mindfulness, yoga, pilates o algún deporte mejorará su bienestar físico y mental.
Ayudar en la realización personal
El ámbito de la realización personal parece que es exclusivo del trabajador ya que es quién tiene poder de decisión en su vida. Y así es, pero desde la empresa se puede ayudar. Si una persona tiene la inquietud de hacer deporte y le damos flexibilidad en el horario laboral para posibilitárselo le estaremos ayudando. O si quiere reducir su jornada laboral para pasar más tiempo con su familia. O para aprender alfarería! El caso es posibilitar que la persona se sienta bien con su vida en general.
Desde la organización se puede animar a los trabajadores a realizar nuevas tareas. También facilitarles un cambio de puesto de trabajo dentro de la misma si así lo desean. Incluso desarrollar un plan de carrera profesional en la empresa. Son prácticas que agradecerán los empleados más veteranos que puedan sentirse estancados por la monotonía.
Los beneficios del desarrollo personal
El proceso de desarrollo personal requiere tiempo y paciencia. Los resultados esperados no se obtienen rápidamente ni se ven a corto plazo. No pensemos que por implantar un sistema de trabajo que potencie el desarrollo personal de los empleados automáticamente la productividad mejorará exponencialmente. Debe tomarse más como una forma de hacer, como una política de empresa.
Los resultados florecerán en los momentos más complicados. Habrá días que nos sorprenderemos viendo trabajadores que soportan mejor la presión, con caras más felices. Esas personas serán capaces de realizar cosas más complejas que antes y con una mayor autoestima.
Habrá quien escoja potenciar sus mejores cualidades y habrá quien opte por aprender nuevas. Debemos guiar y animar a los demás a mejorar pero no necesariamente a que se formen solo en cosas que interesen directamente a la empresa. Quizás las aptitudes menos lógicas de hoy serán el trampolín de mañana. Por eso formarnos en distintos campos es fundamental, porque desconocemos lo que necesitaremos en un futuro. Conocer distintas áreas y tener personal con distintas inquietudes enriquecerá el capital humano. Además el bienestar y la satisfacción de un empleado realizado ayudarán a la empresa a adaptarse en momentos de cambio.
Nuestro objetivo debe ser trabajar en pequeño, en cada uno. Para ello debemos empezar por la dirección de la empresa y posibilitando a todos su desarrollo personal. Los resultados se verán en grande, como cómputo global de la suma de esfuerzos. Todo ello es un proceso de transformación que poco a poco permitirá a la empresa crecer y aceptar mayores retos.
Hasta la próxima entrada, que ya será en otra década!